En el Parque Santa Anita, calle empedrada 2-41, entre Rafael Torres y Santiago Carrasco, se encuentra El Milagrito, una tortería mexicana que combina sabores auténticos de México con un profundo compromiso con la sostenibilidad y el uso de productos locales. Este espacio es relajado y lleno de vida, con una decoración que representa la cultura mexicana y un ambiente que invita a disfrutar de una experiencia culinaria única.
El corazón alado que adorna el ingreso no es solo un elemento decorativo, sino un símbolo del alma del lugar: representa pasión, amor por la cocina y un compromiso sincero con la sostenibilidad. Este detalle, junto con las paredes llenas de color y los elementos tradicionales mexicanos, transforma cada visita en un viaje cultural que conecta lo mejor de México con la esencia cuencana.
El reciente sello Cuenca Capital Culinaria, otorgado en la categoría de sostenibilidad valida el trabajo realizado por El Milagrito durante más de cuatro años y también destaca la continuidad de un legado iniciado por La Enfrijolada hace más de una década. Según el equipo liderado por Priscila Carpio, este reconocimiento reafirma su compromiso de “ofrecer comida con la auténtica sazón mexicana®, utilizando los ingredientes originales de esta cocina, sustentablemente cultivados en esta región”.
El menú de El Milagrito refleja una mezcla perfecta de las tradiciones mexicanas con la riqueza de los productos cuencanos. Ingredientes locales como el maíz, porotos, ají, panela, cacao y miske se convierten en la base de platos que, aunque fieles a la tradición mexicana, llevan un toque distintivo de la región ecuatoriana. Este enfoque resalta la diversidad cultural de Cuenca y también enriquece la experiencia culinaria de los comensales.
Entre sus propuestas más representativas están las tortas mexicanas, preparadas con pan artesanal y rellenos que capturan los sabores auténticos de México. Las salsas base y las combinaciones creativas de ingredientes aseguran que cada platillo sea una explosión de sabor, sin generar desperdicio.
El ambiente en El Milagrito es un reflejo de su filosofía. Decorado bajo los principios de las 3R’s (reducir, reutilizar y reciclar), el restaurante utiliza materiales reciclados y objetos con historia para dar vida a un espacio acogedor y auténtico. La decoración incluye detalles mexicanos como corazones de hojalata, colores vivos y un diseño pensado para aprovechar al máximo la luz natural, reduciendo el consumo energético.
El compromiso de El Milagrito con la sostenibilidad se extiende más allá de la decoración y los ingredientes. Entre sus prácticas destacadas se encuentran:
Comercio justo: Trabajan directamente con pequeños productores locales, garantizando un pago justo y fomentando su asociatividad y empoderamiento.
Uso de productos locales: Esto no solo asegura la frescura, sino que también reduce las emisiones de carbono relacionadas con el transporte de alimentos.
Reducción de desperdicios: Los sobrantes de totopos, por ejemplo, se reutilizan para empanizados, mientras que los residuos de salsa se deshidratan para crear mezclas de condimentos.
Consumo responsable: Promueven el uso de envases reciclables y alientan a los clientes a traer sus propios contenedores para pedidos a domicilio.
El reconocimiento recibido ha sido un impulso para el equipo de El Milagrito, que trabaja día a día para mantener los estándares de calidad y sostenibilidad. “Nos sentimos orgullosos de ser parte de un proyecto que no solo resalta la cocina mexicana, sino que también respeta y cuida la riqueza cultural y ambiental de Cuenca”, comentan desde el equipo.
Javier Ortiz
Soy ingeniero en telecomunicaciones y diseñador gráfico con más de 25 años de experiencia en el ámbito editorial y de desarrollo web. Mi formación abarca estudios en gastronomía, artes plásticas, Física y Tecnología de redes CISCO, lo que me ha permitido desarrollar una visión integral y multidisciplinaria en todos mis proyectos.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de desempeñarme en roles de Gerencia de Marketing y coordinación de publicaciones tanto en el ámbito académico como en el comercial. Mi pasión por la gastronomía y el turismo de Ecuador me ha llevado a coordinar múltiples proyectos digitales para su promoción, buscando siempre resaltar las maravillas culinarias y turísticas de nuestro país.
Además de mi trabajo editorial, soy un entusiasta de la tecnología blockchain y web3, áreas en las que continuamente me actualizo y busco integrar en mis proyectos. Como artista plástico, encuentro en el arte una forma de expresar mi creatividad y aportar una perspectiva única a cada uno de mis trabajos.
Actualmente, soy el director propietario de la agencia de publicidad digital Javier Ortiz Soluciones Digitales, donde lidero un equipo comprometido con la innovación y la excelencia en cada proyecto. En Buen Gusto Magazine, aplico toda mi experiencia y conocimientos para ofrecer contenido de alta calidad que refleje la riqueza gastronómica y cultural de Cuenca y Azuay.