A Punto de Nieve: un homenaje vivo a la tradición de la panadería cuencana
Ubicada en las calles Gonzalo Cordero y César Dávila Andrade, “A Punto de Nieve” es una pastelería y panadería que, desde 2009, rescata y celebra la tradición cuencana. Fundada por María Caridad Sotomayor Dávila, este espacio fusiona técnicas locales e internacionales para ofrecer productos únicos que despiertan recuerdos y emociones. Con cada receta, “A Punto de Nieve” mantiene viva la esencia artesanal, invitando a sus clientes a descubrir la auténtica magia del sabor y la tradición.
Para María Caridad, la pastelería es un arte que lleva en la sangre. Desde pequeña, bajo la guía de su abuela Ofelia Barrera, aprendió los secretos de la cocina y el placer de crear dulces recuerdos con cada receta. Con un espíritu incansable por perfeccionarse, María se ha capacitado en diversas disciplinas, desde Tecnología de Alimentos hasta Chocolatería y Heladería. Hoy, con más de 30 años de experiencia, es una Maestra Artesana Panadera, un título que no solo habla de su habilidad, sino de su dedicación a un oficio que le apasiona profundamente.
La esencia de “A Punto de Nieve” reside en su fidelidad a las recetas tradicionales, elaboradas con técnicas artesanales y materias primas de alta calidad. Cada producto combina historia y autenticidad, sin conservantes ni aditivos, lo que preserva el sabor natural y evoca la nostalgia por los sabores de antaño.
El compromiso de María Caridad con sus proveedores locales es otro pilar fundamental. Ingredientes como el quesillo de Santa Ana, los huevos de Sayausí y el tocte de Gualaceo dan vida a una panadería que honra los productos de la región y se adapta a las festividades con dulces especiales, como los duraznos de Bulán en carnaval o los higos de Cuenca. Este compromiso con lo local no solo asegura una excelencia artesanal, sino que respeta y apoya la economía de sus comunidades.
Sabores que evocan recuerdos
Cada bocado en “A Punto de Nieve” es una experiencia que envuelve por completo. Entre sus productos más representativos se encuentran la pasta de queso y el pan de naranja, perfectos para acompañar una tarde en la ciudad. También destacan los dulces de Corpus y los buñuelos, pequeñas joyas de sabor que rescatan las tradiciones ecuatorianas y se perfeccionan con técnicas modernas.
El ambiente en “A Punto de Nieve” es una invitación a la tranquilidad. El aroma del pan recién horneado llena el aire, y el ambiente acogedor invita a desconectar del ajetreo diario. Es el lugar perfecto para recordar momentos de la infancia y revivir esa sensación de hogar que cada bocado trae consigo.
Un nuevo espacio para disfrutar y aprender
Este mes, “A Punto de Nieve” ha abierto un nuevo y espacioso local, ahora con un servicio de cafetería que busca expandir la experiencia de sus clientes. Además, María Caridad tiene grandes planes: a partir de noviembre, impartirá talleres de panadería para todas las edades. Imagina una tarde entre amigos, aprendiendo a hacer pan en un ambiente de calidez y camaradería. Será una oportunidad única para sumergirse en el arte de la panadería, guiados por una de las maestras más apasionadas y dedicadas de la ciudad.
Con su mezcla de tradición y modernidad, “A Punto de Nieve” se ha convertido en un referente gastronómico en Cuenca. Sus productos artesanales y su compromiso con los sabores auténticos la hacen una parada obligada para quienes buscan una experiencia genuina. María Caridad ha creado un rincón donde cada visita y cada bocado cuentan una historia, invitando a locales y visitantes a disfrutar de esta deliciosa tradición.
Colada morada y guaguas de pan, sabores que reviven la tradición
La colada morada y las guaguas de pan son elementos profundamente arraigados en las tradiciones de Ecuador, donde convergen rituales indígenas y elementos cristianos. La colada morada, una bebida densa y aromática de color púrpura oscuro, encuentra sus orígenes en ceremonias prehispánicas que honraban a los difuntos. Esta bebida ancestral, elaborada con hierbas, frutas y maíz morado, simbolizaba la fertilidad de la tierra y el ciclo de la vida y muerte. Con la llegada de los colonizadores, la celebración indígena se fusionó con el Día de los Difuntos católico, que se conmemora el 2 de noviembre, y con ello, la incorporación de las guaguas de pan o “niños” en quichua. Estas pequeñas figuras de pan, decoradas y en algunos casos rellenas, simbolizan a los seres queridos fallecidos y se ofrecen junto a la colada morada en una tradición que ha perdurado hasta nuestros días.
Aunque inicialmente era una costumbre de la región andina, hoy en día se celebra en todo Ecuador, especialmente en ciudades como Quito, Cuenca y Ambato, pero también en la Costa y Amazonía. Cada región presenta variaciones en la preparación, pero el simbolismo de recordar a los seres queridos y celebrar la identidad ecuatoriana sigue intacto.
En “A Punto de Nieve,” el inicio de la temporada de colada morada y guaguas de pan es mucho más que una simple tradición culinaria; es una celebración de la cultura y los sabores auténticos de Ecuador. Desde mediados de septiembre hasta el 3 de noviembre, esta panadería y pastelería se dedica a mantener viva la costumbre, elaborando su versión artesanal de estos manjares con técnicas tradicionales y una profunda dedicación.
La colada morada de “A Punto de Nieve” es cuidadosamente preparada desde un día antes, comenzando con la hidratación de la harina de maíz morada, que proviene directamente de Cañar. Se utiliza una base de infusión de hierbas como ataco, hierba luisa y amor de Jesús, lo que da a la bebida un sabor único y profundo. Al día siguiente, se añaden especias dulces como ishpingo, canela y hoja de naranja para crear una mezcla compleja y aromática. Con la mora y el mortiño, la colada adquiere su característico color púrpura, y se finaliza con frutas frescas como frutilla, piña y babaco, que le otorgan un toque refrescante.
En “A Punto de Nieve,” las guaguas de pan se preparan con una receta dulce tradicional, utilizando ingredientes de alta calidad, como harina, mantequilla y huevos. Aunque respetan las recetas de antaño, también han introducido innovaciones. En los últimos años, han creado miniguaguas de pan, ideales para niños y aquellos que desean probar un pequeño bocado de esta tradición. Además, ofrecen guaguas rellenas de manjar, Nutella y mora, con nuevos sabores cada año, lo que añade un toque de variedad y modernidad a esta costumbre.
Este equilibrio entre innovación y respeto por las recetas tradicionales ha convertido a las guaguas de pan de “A Punto de Nieve” en uno de los productos estrella de la temporada, destacando por su textura suave y sabor que rememora las celebraciones familiares.
“A Punto de Nieve” ofrece su colada morada en presentaciones de litro y vaso, permitiendo disfrutarla en casa o mientras recorres la ciudad. Cada sorbo de esta colada es una invitación a conectar con la riqueza cultural de Ecuador, y acompañarla con una guagua de pan completa la experiencia. María Caridad Sotomayor, fundadora y maestra pastelera, ha creado una tradición en su pastelería que transporta a los clientes a una época llena de significado.
Este año, “A Punto de Nieve” invita a todos a probar la colada morada y las guaguas de pan, y a descubrir cómo estos sabores tradicionales nos conectan con nuestras raíces y con la belleza de nuestras costumbres.
Javier Ortiz
Soy ingeniero en telecomunicaciones y diseñador gráfico con más de 25 años de experiencia en el ámbito editorial y de desarrollo web. Mi formación abarca estudios en gastronomía, artes plásticas, Física y Tecnología de redes CISCO, lo que me ha permitido desarrollar una visión integral y multidisciplinaria en todos mis proyectos.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de desempeñarme en roles de Gerencia de Marketing y coordinación de publicaciones tanto en el ámbito académico como en el comercial. Mi pasión por la gastronomía y el turismo de Ecuador me ha llevado a coordinar múltiples proyectos digitales para su promoción, buscando siempre resaltar las maravillas culinarias y turísticas de nuestro país.
Además de mi trabajo editorial, soy un entusiasta de la tecnología blockchain y web3, áreas en las que continuamente me actualizo y busco integrar en mis proyectos. Como artista plástico, encuentro en el arte una forma de expresar mi creatividad y aportar una perspectiva única a cada uno de mis trabajos.
Actualmente, soy el director propietario de la agencia de publicidad digital Javier Ortiz Soluciones Digitales, donde lidero un equipo comprometido con la innovación y la excelencia en cada proyecto. En Buen Gusto Magazine, aplico toda mi experiencia y conocimientos para ofrecer contenido de alta calidad que refleje la riqueza gastronómica y cultural de Cuenca y Azuay.